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KytiarA

Fistros

Mis freaks.

Son ya varios meses los que llevo disfrutando de mi ratito en el "Sol" con mis compañeros. Ratitos con conversaciones más o menos serias, conocimiento mutuo y muchas, muchas risas. Me paro a pensar y llego a la conclusión de que si algo echo de menos de aquellas personas son sobre todo esos momentos en los que me hicieron disfrutar y reírme a carcajada limpia, algo que no todo el mundo consigue, y que ellos lograron con un simple comentario. A día de hoy, y gracias a Dios, tengo una pequeña porción de aquel grupo, que compensa la carencia que puedo sentir del resto de compañeros. Sé que ellos lo sienten del mismo modo, pero seguimos teniéndonos los unos a los otros, y por un breve espacio de tiempo, podremos seguir disfrutando de nuestra compañía y echando de menos a los que faltan durante esos pequeños momentos de silencio.

Pero bueno, al lío. El verdadero motivo de este texto son esos pequeños freakies que llenaron taaaaaaantas y tantas horas de conversación. Personajillos que sacaron la maruja mala que todos llevamos dentro, y que, tal vez no hayan hecho nada para que nos riamos de ellos, pero coño, que algunos se lo buscaban. Voy a ponerme nostálgica una vez más y tratar de describir a los que, a bote pronto, más recuerdo:

- Usu2: También conocida por su variante Cesariana Oso2, o La Bigotes, o como cada uno quiera llamarla, tiene miles de nombres. Especie de fistro que llegó demasiado tarde para introducirse en nuestro ambiente (y lo intentó, hasta que alguien la ahuyentó con un bonito cumplido, algo de monstruo...). Provocó comentarios como el del puerto USB de la lavadora, amén de cientos de chistes sobre su espectacular vello facial, su mirada bovina que tanto miedo nos daba, su relación con su madre, etc. Objetivo de seguimientos de detectives amateur, rollo misión imposible. No nos defraudó, y resultó ser la mayor zumbada con la que me he topado nunca (y espero toparme).

- Metrosessual: Lo vimos muy pocas veces, aunque fueron suficientes para que pasara a formar parte de nuestros mejores chistes. EL pobre debe ser de fuera, o tiene el termostato estropeado. Sólo se le ocurre a él plantarse una bufanda con 30 grados. Eso sí, el chaval siempre iba impecable, con sus 2m. de estatura y sus 50kg. de peso, lucía los pantalones de lino y las chanclas como nadie. Fantástico. No volvimos a saber de él.

- La pelucas: Mi preferida. Fui mala, lo sé. Más de uno no pudo entender el por qué de aquel ataque de risa, pero creedme, fue justificado. La tipa de Mars Attacks sigue en nuestro planeta, y ah envejecido peligrosamente. Pos Diossssssss, esa peluca a punto de caerse, esos andares... Es que cada vez que lo recuerdo me da la risa. Qué horror!!! Buenísima!!!!! No la he vuelto a ver, es una pena.
- Perro chiquito: Encantador. El perro pasaba a menudo con su dueño. Jamás nos fijamos en la cara del dueño, claro. El pobre estaba cojo de una pata delantera y caminaba con esfuerzo al más puro estilo Chiquito de la Calzada. El mejor imitador del personaje que he visto nunca. Dio lugar a muchos momentos de risas y codazos. Lo he visto un par de veces por la calle, y siempre me saca una sonrisilla.

- Emilito: Freakie number one. Conocido de “El Melenas”. Sabe cómo se llama, pero tiene el oído un tanto distorsionado, y no sabe de donde llegan los sonidos. Cuando alguien lo llama por su nombre, lanza un “HASTA LUEGOOOO!!” al aire. A alguien le llegará…

En fin, recuerdos, gente de la calle que me ha sacado una sonrisa, que ha provocado un chiste (alguno con peor intención que otro). Gracias a todos los que compartís y compartísteis esos momentos, y otros mejores conmigo. Sin vosotros no habría sido igual.